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¿Es viable la Bicameralidad? (parte 2)

En el dato anterior definimos el concepto de bicameralidad, así como también un comparativo de cómo estamos actualmente respecto a los parlamentos de otros países en la región. Asimismo, nos metimos en su historia desde la fundación de nuestra república hasta su fin en 1992 con el autogolpe. En esta segunda parte vamos a profundizar sus características, pros y contras. ¿Realmente debemos volver a tener Senado?.

Foto: congreso.gob.pe

Partamos de algo, desde nuestra primera Constitución histórica de 1928 nacimos con un Parlamento Bicameral y el por qué de ello es que el Senado es parte intrínseca del Estado. Toda Constitución histórica tiene un núcleo duro y eso significa que tiene normas inamovibles que son intocables porque le da identidad y así nacimos.


La primea diferencia notoria entre un Parlamento Bicameral y Unicameral (como el actual) es que todos los países grandes en población tienen Senado. Los países chicos, en su mayoría, tienen una sola cámara como los países chicos de centro América, lo mencioné al comparar en el cuadro donde les mostraba la cantidad de habitantes y parlamentarios por país. Les pongo un ejemplo: Honduras con casi 9 millones de habitantes tiene 128 congresistas y nuestro país con casi 32 millones tenemos solo 130. Esto en mi opinión y en la de constitucionalistas es inaceptable.


Inaceptable por algo muy puntual, el Senado configura una mejor distribución de los distritos electorales y mejora la tarea fundamental de un congreso: LA REPRESENTACIÓN. Cada parlamentario representa una determinada cantidad de habitantes y actualmente estamos en una desventaja.


Ahora bien, hay 3 aspectos fundamentales que definen a un parlamento. Aquí tomo el comentario del constitucionalista Enrique Bernales quien en junio de este año se presentó en el Congreso y regaló una cátedra de este tema y que lamentablemente no tuvo mucha difusión y, sobre todo, sus recomendaciones no fueron tomadas en cuenta al momento de corregir la propuesta inicial planteada por el presidente Vizcarra. Estos tres aspectos que definen un parlamento son:


· Representación

· Legislación

· Fiscalización.


1. Representación:

Luis Alberto Sánchez.

Nuestra democracia es representativa, es decir, el poder emana de la elección. El congresista o parlamentario es representante de la nación y la nación somos nosotros. Es por ello que debe funcionar como un elemento de comunicación permanente entre quien tiene el cargo y sus electores. La representación es una tarea fundamental de un parlamentario.


Al día de hoy con 130 congresistas cada uno representa a 242 mil peruanos. La pregunta es ¿A cuántos puede atender? ¿Cuántos ciudadanos podemos reunirnos con un congresista para hacerle un petitorio con las necesidades de nuestra región? Y el electorado seguirá aumentando y si seguimos siendo 130 van a representar a más. ¿Qué pasa cuando nadie nos escucha? ¿Cómo conseguimos una reunión con un ministro para hacer un pedido popular si nuestro congresista no está para representarnos?


Esa lejanía, ese olvido del congresista con el pueblo es la causante pues del descontento del pueblo. No nos sentimos escuchados y representados y ¿qué pasa cuando no somos escuchados? Viene las huelgas y las tomas de carreteras para que nos presten atención o quizás cuando nos enmarrocamos en una reja para que llegue la prensa y nos presten atención. Hemos sido testigos en los últimos años de marchas y protestas, de tomas de carreteras y paros. ¿Nos hemos preguntado por qué? Por no ser escuchados, por no ser correctamente representados. Por no cumplirse a cabalidad la función de representación del parlamentario.


Ciertamente no podemos tener el mismo número de congresistas que Costa Rica siendo ellos solo casi 5 millones de habitantes y nosotros 32 millones. Meditemos bien si realmente es válida nuestra incomodidad al escuchar que se quiere aumentar el número de parlamentarios volviendo a la bicameralidad. Fernando Tuesta, pone un ejemplo que lo clarifica: Imaginemos un centro de salud con 10 médicos que atienden a 20 mil personas y que ahora se les indica que atenderán a 30 mil. Definitivamente la atención será deficiente, de mala calidad y muchos se quedarán sin atención y quizá serán atendidos demasiado tarde.


Algo más reciente y claro. Estamos muy insatisfechos con el funcionamiento ineficiente del Metropolitano y el metro de Lima. ¿Qué está clamando el pueblo para que este mejore y brinde un mejor servicio? Ustedes tienen la respuesta.


Si hubiera una mayor representatividad, habría una menor mayoría aplastante en un Congreso. Es decir, por ejemplo, Fuerza Popular no tendría mayoría en el Congreso actual porque habría una mejor distribución y representación.


2. Legislación:

Un parlamento bicameral tiene una mejor distribución de funciones como lo había mencionado.


Al tener dos cámaras se definen dos tareas:


· La cámara de Diputados discute el día a día. La necesidad concreta en una región o ciudad. Trabajan en base a las leyes puntuales.


· La cámara de Senadores se concentra en los grandes problemas nacionales. La discusión alturada y la reflexión está centrada en ella.


Ambas cámaras pueden emitir leyes y una cámara se revisa a la otra. Lo más general es que lo que plantea la cámara de diputados pasa a revisión en la cámara de Senadores (Cámara revisora). Esto nos permite una mejor calidad de leyes y evita los apresuramientos en sacar leyes con nombre propio como hemos visto en los últimos días. Si bien es cierto se vuelve una legislación más lenta, esta se hace de mejor construcción de leyes en favor del pueblo y elimina el abuso al legislar.


Actualmente, con una sola cámara perdemos esa posibilidad y quien asume la función de cámara revisora es el mismo Ejecutivo, es decir el Consejo de Ministros (que no es elegido por el pueblo). Muy aparte de las funciones de cada ministro en sus respectivas carteras se le adiciona la tarea de revisar leyes, observarlas y devolverlas al Congreso. ¿Realmente hay eficiencia como se está trabajando?


Finalmente:


3. Fiscalización:

“El poder detiene al poder”. Ese es el fin del equilibrio de poderes. Hay un presidente y hay un Parlamento. Esto permite que el Poder Ejecutivo esté sometido al control del Congreso como toda democracia y este se ejerce a través de tres mecanismos: la fiscalización, la interpelación y las ya conocidas comisiones investigadoras.


En un parlamento bicameral la cámara de diputados acusa y la de Senadores define (reflexiona). Por ello, el Poder ejecutivo no es autónomo, y está bien.


Sin duda para gran parte del electorado el hecho de aumentar el número de congresistas causa rechazo, es impopular. No estamos satisfechos con 130 congresistas y tener el doble simplemente nos genera un no rotundo. Quedarnos en ese primer nivel de análisis no apoya el hecho del concepto de representatividad.


Otro punto de rechazo es si este será más caro presupuestalmente para el estado. Pues cabe mencionar que históricamente si comparamos el congreso bicameral de 240 parlamentarios que murió en 1992 era más barato que el parlamento unicameral de 130 congresistas que tenemos hoy. Si tomamos real conciencia de que traería el retorno de la bicameralidad a el Perú esta medida “impopular” puede volverse aceptada si realmente valoráramos las mejoras que esta traería.


Otra medida que actualmente tiene el apoyo popular es la no reelección inmediata de congresistas y que esta quedaría de lado si retorna la Bicameralidad. Estamos poniéndole rostro al Congreso, por encima de su real existencia, no queremos volver a ver a un grupo de parlamentarios y por ello somos capaces de sacrificar algo que está por encima de ellos. Recordemos que históricamente cuando se renueva el Congreso la tasa de reelección no llega ni a 20%. Si realmente nos informamos podemos aprender a elegir mejor.


La juventud rechaza la política, yo la rechazaba en mis años universitarios, nos da asco, nos causa rechazo y no queremos saber nada de ella, pero es importante estar ahí. Alejarnos solo genera el beneficio de los políticos que no cumplen la función para la cual se les eligió.


No olvidemos que “No hay democracia sin Congreso”. Sin Congreso se concentra el poder en el Ejecutivo y ya sabemos cuando un Congreso no existe o es controlado por una mayoría absoluta. Y recordemos algo, cuando hubo mayoría absoluta terminó en golpe de estado como paso en los años 1948, 1968 y 1992 y justamente lo que actualmente se habla. Dependerá de nosotros el cómo elijamos y cómo nos informemos.


Las encuestas dicen que este 9 de diciembre en el referéndum ganará el NO respecto al retorno a la Bicameralidad y por un solo motivo: El artículo sobre la cuestión de confianza que fue modificado por el Congreso quitándole poder al Ejecutivo. Se mantendría a pesar que el Tribunal Constitucional rechazó esta normativa en el reglamento del Congreso.


La única salida es que el próximo año en dos legislaturas ordinarias con 87 votos a favor aprueben la Bicameralidad con el artículo de cuestión de confianza original el cual permite al Ejecutivo cerrar el Congreso si se ha negado la confianza dos veces.


El debate está. La decisión del 9 de diciembre es individual pero bien informados podremos votar tranquilos y seguros. Esta es la democracia. El cierre arbitrario de un Congreso fuera de lo que la Constitución estipula nos niega la posibilidad de unas elecciones limpias y nos arriesgamos a tener candidatos improvisados y quizá de menor nivel que los actuales. Pensemos en nuestro futuro.


Tomaste el dato, ahora pásalo.

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